Titulo: "La carta de Sagawa"
Autor: Juro Kara
Editorial: Biblioteca de Letras Japonesas - Editora Nacional Madrid.
Paginas: 109
12 de Noviembre
Al señor Juro Kara
Disculpe mi atrevimiento al escribirle asi. Yo soy el que mato a una joven holandesa, comio su carne y fue detenido por la policia de Paris.¨. .. Asi comienza la carta que Issei Sagawa envia a Juro Kara, autor de este libro "La carta de Sagawa" que acabo de leer.
Se trata de una novela corta, de apenas 100 paginas, basada en una historia real. Kara trata de reconstruir los dias previos a la tragica muerte de una estudiante analizando al mismisimo asesino. No me voy a extender mucho en el relato porque, por suerte, encontre excelentes reseñas. Buscando una foto para añadir al post, tropece con un blog muy bueno que seguramente pasara a ser uno de mis favoritos. Por si no se dieron cuenta, este es el primero de los libros que compre ayer en la libreria de Hernan. Les dejo, abajo, la reseña del libro y los comentarios de Federico. Le doy 3 estrellitas de 5 (***)
"En Junio de 1981, en Paris, un estudiante japones, Issei Sagawa, mato por amor a una joven artista holandesa y devoro una parte de su cuerpo. Esta acto de canibalismo moderno conmovio la opinion publica mundial. Desde la carcel, Issei Sagawa comienza un cruze epistolar con el autor de este libro, Juro Kara, actor, autor de teatro, guionista de cine y television, con el que recontruira el ambiente emocional y delirante de semejante acto. Esa reconstruccion, este libro, se ha convertido en una de las obras mas significativas de la literatura japonesa contemporanea."
Una “expresión de amor”
"Ya nadie muere por amor, se dice descreídamente. Sí en la semana de la dulzura se regalan corazones de dulce de leche, corazoncitos Doryns; en las conversaciones populares se usan frases como “me la/o comería/o a besos” (o cruda, o viva, según los gustos, las costumbres), y con las íntimas… la lista podría seguir. Sí un estudiante japonés puede matar por amor a una joven artista holandesa, y luego filetear y saborearla.
Él medía 150 centímetros, sus manos y pies eran “pequeños”, y su voz se asemejaba a la de una mujer. Ella era alta, rubia; tenía 25 años, hablaba tres idiomas y estudiaba con el objetivo de lograr un Ph.D. en Literatura Francesa. Él, con el corazón abierto de par en par, se sentó a su lado en una clase y luego, durante días, no pudo dejar de pensar en la piel blanca de sus brazos. Pero el amor se le reveló como el fracaso de toda ilusión posesiva, y así, en París, en 1981, Issei Sagawa asesinó a la joven, a quien había invitado a cenar. Después de descuartizarla pasó tres días ingiriendo diferentes partes del cuerpo. Hasta aquí coinciden todas las crónicas; luego, la Literatura, la música y el propio Sagawa se encargaron de completar la historia.
Inspirados por Sagawa, los Rolling Stones compusieron “Too much blood” (Demasiada sangre), incluido en Udercover, disco de 1983. Allí, el “amigo japonés” le corta la cabeza a su novia, pone el resto del cuerpo en la heladera y se la come a pedazos. La versión más conocida de este suceso es la que escribió Juro Kara, La carta de Sagawa, título dado a conocer en 1983 y distinguido con el Premio Akutagawa, la más alta distinción literaria de Japón. Apoyándose en lo sucedido, Kara deja ver la fantasía del blanco para los japoneses, “de la búsqueda de la raíz de la atracción por la mujer extranjera, por la piel blanca, a través de las generaciones anteriores, desde los tiempos de Shiro Amakusa (caudillo de los cristianos que se reveló contra el Shogunato, en 1637), hasta la época en que Perry (Matthew, comandante norteamericano que en 1853 logró que los japoneses abrieran sus puertos) desembarcó en Japón”.
El propio Sagawa, según la carta que se publica al final del libro de Kara, y que se la envió mientras estaba en la cárcel de Santé, le comenta su deseo de convertir el suceso en una película (también quería ser el protagonista), la cual “había pensado hace tiempo”, y que había titulado La adoración. “Un oriental (más exactamente un japonés) adora a una mujer occidental hasta el punto de matarla y comer su carne -dice-. Por una parte es la expresión de una tendencia ancestral, de un deseo, que mantiene Japón con respecto a Occidente; pero al mismo tiempo es la expresión de un extraño impulso que se oculta en mí mismo y que quiero expresar”. La película, hasta el momento, no se ha filmado, aunque Sagawa, que pasó tres años en un hospital de París (luego fue trasladado a Tokio, donde lo declararon mentalmente sano), editó un libro, En la niebla (Kiri no naka), tuvo sus treinta segundos fama por televisión y hasta escribió columnas para los diarios. " - Federico Maehana